Las venas duelen y el corazón suena
se sosiega el festín de las sentencias.
Los fríos segundos rozan la calma
y el alma escucha la paz del dormido..
¡In natura vela!
Sigue siendo el crisol de misterio
y emergen para mí
tus imágenes.
El cerebro traspasa dolorido
el infinito.
Cuando el ocaso sugiere a mis oídos
¡tu ausencia!
se secan mis argumentos y mi boca se silencia..
Al amanecer eran vientos mis suspiros
y mis órbitas fijaban tu mirada azabache
Allí vendían mis sienes tu esperanza
mientras el rocío
musiqueaba los árboles,
mas, tu fuerza se escapaba a mi horizonte
y la encendida corola de mi alma
se volvió rincón estable
para así, a mi visión resucitarte..