UNA VIDA DEDICADA

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               CRÓNICAS PRETÉRITAS

                Por Donacio Cejas Padrón

             RAFAEL ARMAS BENITEZ

 UNA VIDA DEDICADA A LA VIÑA Y EL VINO

En la foto Don Rafael primero por la izquierda.

Mi modesta crónica de hoy, se la dedico  muy gustosamente a nuestro ilustre paisano, y  querido amigo desde la lejana infancia, Rafael  Armas Benitez,  herreño de Las Lapas, hijo de aquel gran agricultor que fué D. Rafael Armas, y  hermano del  también recordado y muy querido amigo Cayo Armas, sin duda uno de los hombres más valiosos que ha tenido nuestro Valle de El Golfo.

Comenzó su formación Rafael, en la escuela de Las Lapas allá por los primeros años de la década de los cincuenta del pasado siglo, recién llegado de  La Argentina a donde habían emigrado sus padres unos años antes, tuvo la fortuna, al igual que  todos los niños de aquella época, de ser alumno del Maestro Ardévol, recién llegado de Tarragona a ejercer en nuestro pueblo, y que tuvo gran significación  por su  labor pedagógica  que se prolongó durante  una década con resultados  fabulosos y que siempre  hemos recordado.

Terminada la enseñanza primaria, siguió Rafael asistiendo a clases nocturnas con el mismo maestro en su casa de Las Lapas,  y ya desde entonces  comenzó a destacarse  y mostraba sus aspiraciones de  continuar su formación en estudios superiores, trasladándose a Las Palmas  donde se inclinó por la agricultura, y seguidamente  se  formó como  enólogo  en Madrid,  con el apoyo de El Cabildo de El Hierro, regido entonces por D. Matias Castañeda Padrón, creo que Rafael fué de los primeros graduados de esa especialidad en Canarias.

Ingresó por oposición en El Ministerio de Agricultura,

para dirigir las Agencias  de Extensión Agraria, me comenta Rafael, que su primer destino fué en Estepona en la Península, y que pronto logró ser destinado a Canarias,  habiendo ejercido en varios pueblos del archipiélago, le tocó abrir la Agencia de Extensión  Agraria en El Hierro, lo cual fué una bendición para los herreños, que ya por aquel entonces estaban iniciándose en nuevos cultivos especialmente en El Matorral, todos ellos, y lo mismo los agricultores palmeros que también se incorporaron a  esa labor, tuvieron en Rafael un asesor  fiable y constante,  que los ayudaba en todos los trámites administrativos necesarios para poner en producción las nuevas fincas, y me cuentan que también fué Rafael  una pieza muy determinante en la constitución de La Cooperativa del Campo de  Frontera.

Trasladado a otras dependencias oficiales en Tenerife, pronto empezó a destacarse como especialista en la viña y el vino, ocupando  cargos de mucha importancia en La Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, y siendo considerado en la actualidad como una referencia regional y nacional en todo lo relacionado con el vino y la viña, a él se deben grandes descubrimientos e identificación de variedades antiguas que ya estaban  en el ostracismo, así como  en la elaboración de nuevos tipos de vino, labor ésta en la que aún continúa, haciendo de asesor en varias cooperativas agrícolas, y siendo llamado a dar conferencias sobre su especialidad en  centros de investigación  y de enseñanza  por todo el archipiélago y fuera de él. El Hierro tiene la suerte de contar con la presencia y  el  asesoramiento de Rafael y ha sido el artífice de la aparición de nuevos tipos de vino en La Cooperativa, que han logrado  galardones  muy importantes en concursos  regionales y nacionales e internacionales.

Cumplidos sus ochenta y dos años, sigue Rafael con el mismo entusiasmo dedicándose al estudio  e investigación de todo lo relacionado con la viña y el vino, me cuenta, que pronto darán la sorpresa con nuevos tipos de vino en La Cooperativa  de Frontera que pronto aparecerán en el mercado, ya lo veremos.

Pero a pesar de su formación tan dilatada y que tan buenos resultados  ha tenido para el sector en Canarias, Rafael no ha perdido su humildad de toda la vida, nunca hace ostentación de sus conocimientos y sus logros, muy al contrario, le resulta casi molesto hablar de ellos, prefiere pasar lo más inadvertido posible, a pesar de que eso es imposible por la  cantidad de gente que le conoce, por que sus logros han sido pùblicados y son conocidos, y por que  su nombre figura entre  los grandes expertos en todo  lo que se relaciona con la viña y el vino.

Esta sencilla crónica que le dedicó a Rafael, quisiera que fuera la expresión colectiva de todos los herreños 

de todos los viticultores de El Hierro,  que nos hemos visto beneficiados por la  obra impagable  del querido amigo Rafael y rogamos,  para que su vida sea muy larga para que nos siga  iluminando  con sus conocimientos que tanto le gusta compartir y poner al servicio de los demás, como han hecho siempre los grandes hombres.

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